Para una entrevista del Tate en 2009, David Hockney comentó que nunca supo quien saltó a la piscina en “A bigger splash” (1967). Añadiendo que solo lo tomó de una fotografía, registrando esa fracción de segundo en el lienzo”.

Utilicé esta anécdota como premisa para abordar la temática del certamen: ¿Qué sigue después del arte contemporáneo?

Si bien, no se puede predecir el futuro, si se puede repensar hacia dónde dirigir la producción artística a partir de un ejercicio tan básico como evaluar el presente.

He decidido usar un meme como herramienta para elaborar la propuesta, siendo este un reflejo del mundo contemporáneo y del comportamiento social en torno a la imagen.

Por el hecho de estar siempre a la vanguardia es que a través del meme conectamos con nuestra cotidianeidad. Cualquier imagen es susceptible a ser uno de estos. Al igual que Hockney con su chapuzón: su estética y su autoría pocas veces son cuestionadas y lo que más importa es que la intención o el chiste con que fueron creados sea efectivo, interpretable y persistente en un lapso de tiempo.

El meme usado para la propuesta conocido como 'Swole Doge vs. Cheems' (utilizado específicamente para generar comparaciones generacionales) busca contraponer medios análogos y digitales. Sin embargo, su intención no es decir cual herramienta es mejor o peor que otra: el pasado, presente y un futuro “incierto”, se complementan a partir de diferentes estímulos visuales, siendo todos necesarios para que la pieza se complete y quede evidencia de que “algo ocurrió”.

El internet y las redes sociales nos ha hecho querer que las cosas sean más rápidas y fáciles. Vivimos inmersos en una alienación visual colectiva. Por ende, considero de manera personal que es necesario idear estrategias que generen una pausa en el espectador ante el bombardeo visual que se produce a cada instante, sin importar el medio que se esté utilizando. 

¿Es o será el meme otra evolución de cómo nos expresarnos?, sin duda alguna eso solo el tiempo lo determinará. De momento solo se puede asegurar que el mismo habla de una realidad, de su contexto y de que muy posiblemente al igual que hoy, siga sirviendo como herramienta para satisfacer la necesidad inherente humana de compartir la llegada de problemas, experiencias y evidenciar su idiosincrasia.

Dato Curioso:

Gracias a un hashtag en una publicación de mi cuenta de Instagram, la dueña de “Cheems” descubrió la obra y, de manera irónica, la compró desde Hong Kong en abril de 2021.